miércoles, 21 de julio de 2021

A classic horror story (2021) - El terror deconstruido

A Classic Horror Story | Netflix Official Site

El terror folk se caracteriza por enfrentar a los citadinos, idealizados como los civilizados, contra quienes habitan en las afueras, en lo desconocido, mostrándolos como aquéllos que practican rituales que contradicen la visión de respeto y las buenas costumbres. Para que esto ocurra, las "víctimas" a menudo acuden a estas comunidades aisladas para encontrar la solución a un problema surgido de sus respectivas babilonias, en otros casos van por diversión, investigación, infortunio o una combinación de éstas.

El terror folk hizo varias producciones antes, evidenciando los peligros de la juventud al buscar respuestas en las prácticas new age, en vez de la ciencia, la filosofía y la religión, que para ellos, ya no daban las respuestas para enfrentar la vida, lo cual fue plasmado en la película por antonomasia del género, The wicker man. Es curioso que ahora, que nuevamente se exacerbó este vicio por escarbar en pseudo-ciencias e ideologías, este cine también renace en varios países, lo cual se nota en producciones conocidas como The witch y Midsommar (de la cual se nota mucha influencia en este filme).

A classic horror story sigue a Elisa, quien está yendo a casa de sus padres mientras se debate sobre practicarse un aborto o no. Para llegar, comparte un vehículo en aras de ahorrar dinero. En éste se encontrará con tres viajeros más y Fabrizio, el conductor, quien los filma para llevar un registro que subirá a su canal de internet. El viaje se trunca cuando sufren un accidente e impactan contra un árbol a un lado de la carretera,  para después despertar y encontrarse en medio del bosque, con una cabaña esperándoles en medio de un claro. Su sentido de orientación será ridiculizado cuando intenten regresar al camino en busca de ayuda y acaben de nuevo en el mismo calvero, descubriendo en sus exploraciones, y en la cabaña, señales de que arcanos y siniestros rituales se llevan a cabo por una secta que adora a tres entidades de una oscura leyenda.

Esta película es italiana, lo cual es importante para el contexto, pues es un país que tuvo su época de oro en el terror, no tan solo dando directores que trascenderían por su estilo como Mario Bava, Lucio Fulci y Dario Argento (que con todo y su carrera inconsistente ha dejado una huella inigualable), sino porque igual nos legaron el giallo, un género que se caracteriza por hacer estético el asesinato y meternos en la piel del asesino, como la ya clásica Suspiria. A partir de los noventas, el país va perdiendo relevancia en el género, devorado igual que muchos otros por la industria estadounidense y su marcada narrativa formulaica con secuelas inacabables, la industria del miedo italiana ya no es lo mismo desde entonces.

Esta técnica estadounidense ha encasillado al género, tatuando en la mente del espectador que se debe asustar rápido y sin pensar, el famoso jump scare, un mecanismo que aunque no es malo, el abuso lo ha devaluado; dicho abuso emerge como un reflejo de la sociedad consumista que habitamos, donde tienen que haber resultados prestos, sin esperar. Si a esto aunamos la violencia física y psicológica que predomina en las noticias, y el material que recopila la gente con sus celulares mientras "pasaban por ahí", nos encontramos bombardeados a un nivel que cuando presenciamos esta barbarie "fingida" en las películas, carecen del efecto de antes. Y tomar un ritmo lento que invite a la reflexión, y que cause un miedo tan sutil que nos invada hasta que inicien los créditos del filme, es algo que no generará el mismo dinero en una taquilla que anhela destrucción rápida, algo arriesgado que no todos se dan el lujo de producir.

He aquí el punto que divide a la gente cuando ve A classic horror story, la vuelta de tuerca que decepciona a quienes sintieron que estaban frente a una película que conseguía que esa violencia los erizara como antaño. En el momento más álgido en que los protagonistas están acorralados, buscando cómo escapar de la imparable secta y sus costumbres violentas, es cuando se nos revela la verdad...

 

********************Spoilers a partir de aquí********************

 

Todo lo vivido hasta el momento, toda la historia presentada, que pensábamos era un buen filme de terror folk, es deconstruido cuando Elisa, la protagonista, descubre que su conductor, Fabrizio, lleva un comunicador en el oído dándole instrucciones sobre qué hacer. Ante esta osadía, Fabrizio explota porque han arruinado su plan y pide a unos asistentes que se la lleven. Cuando Elisa despierta, está sentada al final de una mesa con un númeroso grupo a punto de comer, con las manos clavadas a la silla, escuchando una canción sobre las tres entidades adoradas por el culto, aprendiendo a voz de quien parece ser la madre de todos ellos que, "la mafia no es lo que era antes". Elisa es arrastrada hasta otra sala, donde descubrirá pantallas mostrando las grabaciones de todo cuanto acontece. Aquí Fabrizio confesará que todos formaban parte de su guión, de algo que revolucionará el género y la industria italiana, un largometraje de terror sin efectos especiales y donde todo sucede de verdad, justo lo que la gente desea cuando ve las noticias y los videos de aficionados. Igual despotrica contra la maquinaria fílmica, argumentando que su proyecto y sus nuevos villanos ya hasta le hubiera redituado toda una saga en Estados Unidos.

Elisa se rebela y arremete contra Fabrizio, mostrando cómo la gente bien puede presenciar esta violencia a través de la protección de una pantalla, pero descarta por completo y desprecia la idea de formar parte de ella. Después de esto escapa del terreno donde los mantenían encerrados, acabando en una playa, donde su aspecto deteriorado atrae la mirada de quienes descansan en la arena, volviendo a ser el foco de las cámaras, pero ahora de los celulares, probando que donde estés, serás protagonista de un video más. Acá Elisa termina reflexionando sobre el significado de la vida, ya que después de lo vivido, cuestiona de nuevo si desea el aborto.

La película cierra burlándose de sí misma, y de los espectadores que se desesperan por terminar las obras lo más pronto posible (y si no, ahí tienen la modalidad de Netflix para ver los programsa a 1.5 de velocidad), mostrando una plataforma llamada Bloodfix, donde un espectador, después de ver escasos segundos de ésta, y basado en los comentarios de la gente, decide clasificarla como mala.

A pesar de tener errores o detalles que no se explican, la película se sostiene por la crítica que provee al modo actual de consumir producciones y cómo las percibimos. Si bien no será del agrado de todos el giro, hay que reconocer que la primera mitad, como un mediometraje de terror, es excelso.

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