Videodrome (1983) - Filosofía de una pantalla, más real que la realidad misma

Videodrome no predijo el futuro como algunos piensan, David Cronnenberg escribió la historia basado en el estado de la sociedad de aquel entonces, cuando el televisor acaparaba los ratos libres, absorbiendo el tiempo de las personas, definiendo su manera de percibir la realidad, aislando a quienes no estaban informados sobre lo que ocurría en pantalla. La única diferencia de esa época a casi cuarenta años después, cambiamos de pantalla, del televisor al teléfono móvil, el resto es naturaleza humana.

La película va sobre Max Renn, presidente de una pequeña televisora orientada a transmitir material gráfico y violento, y que está en busca de nuevo contenido para proyectar, buscando algo transgresor que tome por sorpresa al mundo... Es entonces cuando se topa con Videodrome, una señal con videos de tortura sin trama ni producción elaborada, algo tan casero que parece real, justo lo que Max desea. Conforme éste averigua sobre el origen de las transmisiones, empezará a alucinar, dándose cuenta de que Videodrome es más que películas violentas, es una filosofía que amenaza su realidad.

La pelicula toca temas polémicos e interesantes respecto al terror y los medios, como el eterno debate de si ver cosas sangrientas y sexuales vuelve más violenta a la gente o es un desahogo para sus impulsos oscuros, que es mejor ver esas escenas en una pantalla que en la realidad, como la televisión (en aquel entonces, ahora serían las redes sociales) es el campo donde se librarían las futuras batallas, y que este televisor (como ahora los teléfonos móviles) es una experiencia que transformará nuestra carne, hasta formarnos un tumor que cambiará nuestra percepción, creando un nuevo órgano, absorbiéndonos hacia esa nueva realidad.

Estas cuestiones son algunas de las muchas que plantea Videodrome, formando una filosofía, una visión de los medios que sigue vigente hoy en día y en donde confirmaremos cómo hemos suplantado la televisión, que requería nos sentemos en un lugar específico a verla, por pantallas que ahora nos acompañan a todos lados, aumentando el nivel del problema planteado aquí.

Videodrome también es la que daría nombre al concepto de "Nueva carne", una visión artística donde el humano sufre una transformación física que expresa los miedos que albergamos, por definirlo de un modo muy general, porque esta estética es amplia y abarca mucho contexto digno de investigarse.

Possession (1981) - Terror cósmico en una desintegración marital

¿Cuán horrorífica puede ser la separación de una ser amado? ¿Cuánto se exacerban estos horrores cuando se trata de un matrimonio... y hay un hijo involucrado? Posession inicia como un drama sobre una deteriorada pareja, pero no tarda mucho en introducir variables que la mueven hacia un terreno filosófico y surrealista, donde el relativismo de los personajes respecto al bien y el mal será el motor que dé tanto de qué discutir en torno a esta historia.

Sin complicarse mucho, la película es una representación de la desintegración marital de Anna (Isabelle Adjani) y Mark (Sam Neill), así como de los efectos que sus conductas tienen en su hijo y sus allegados. Esta narrativa fue para el director Andrzej Zulawski una especie de catarsis para el proceso de divorcio que vivió, y se nota al inicio cuando cada personaje pasa por diferentes etapas de aversión, indiferencia, violencia y deseos de arreglar los problemas. Pero si Possession se limitara a esto, sería un drama más de catálogo con tendencias artísticas... No, aquí lo irreal invade el mundo cotidiano.

Las deidades antediluvianas de Lovecraft funcionaban como simbolismos para mostrar las conductas humanas y una filosofía respecto al conocimiento, la verdad y las ambiciones. Aquí hay algo similar en la entidad de origen desconocido llamada simplemente la Criatura, que causa diversas reacciones cuando se entra en contacto con ella. Este ser es el engranaje mayor que ha dado a Possession tantas interpretaciones, usándolo como algo divino, monstruoso o conceptual, el juguete favorito de quien quiera orientar los pormenores de la historia hacia algo religioso, sobrenatural o psicológico.

Entre escenas que saltan por períodos muy irregulares de tiempo (un día, horas, semanas), el comportamiento "poseído" y exagerado de los personajes por momentos, los diálogos con carga filosófica sobre el concepto de fe y oportunidad (orden y caos, un factor que será determinante para el final), y la ya mencionada Criatura, hace de esta película una obra en la que no debe haber vergüenza por pausar la reproducción y digerir lo sucedido.

Possession no es una película fácil de abrazar, pero su cinematografía, las actuaciones peculiares y lo visceral de lo que sucede, tienen la fuerza suficiente para sostenerla y apreciarla como la joya perdida del terror europeo que es. Una historia que da mucho para discutir y que sale de los estándares del género, combinando elementos de terror cósmico con la oscuridad que puede albergar el ser humano.

His house (2020) - Nuestro aislamiento verbal

Familia, amistades y pareja se sostienen con una buena comunicación. His house usa el terror para demostrar cómo se erosiona un matrimonio cuando cada persona se encierra en su coraza y en su obstinación, rechaza al otro

Bol y Rial escapan de la precaria situación de Sudán del Sur, atravesando una odisea en el mar Mediterráneo que cobrará la vida de su hija antes de llegar a Inglaterra, donde como refugiados, se les asignará una casa y se les implantará un estricto régimen que, de quebrantarlo, les costará la expulsión del país. Es aquí donde Bol hará todo lo posible por encajar en la nueva sociedad, enterrando las desgracias que precedieron al momento en que les otorgan "Su casa", en tanto Rial rehúsa del cambio y se refugia en ideas y conductas que le propician el rechazo de una comunidad que no la acepta. Cada quien vive distinto el duelo de su hija, uno cerrando los ojos y siguiendo adelante, y la otra encerrándose en el pasado, creando esto un distanciamiento que atraerá una maligna criatura que impedirá alcancen la felicidad.

La película toca puntos importantes sobre las relaciones y uno mismo, como las falsas creencias de que un nuevo comienzo erradicará los demonios, que deshacerte de todo lo que recuerde al pasado esfumará los problemas, que renunciar a quienes somos nos alejará de los conflictos internos, que nuestros duelos inconclusos no afectan a quienes están cerca de nosotros. Todas esas mentiras, junto con el silencio y aislamiento verbal exacerban las fricciones con el otro.

His house hace reflexionar sobre los monstruos que nacen en esta época donde el individualismo impera, donde la comunicación auténtica es eclipsada por charlas superficiales, donde muchos prefieren huir ante las fisuras de una relación en vez de parcharlas. Este filme necesita más difusión, ya que transita bajo la sombra de una insatisfactoria Bly Manor que adoleció de no contar con la batuta de Mike Flannagan.

The dark and the wicked (2020)- Réquiem para los abandonados

No se necesita creer en el diablo para que éste te lastime. Ésa es la premisa que mueve The dark and the wicked, una historia que aborda cómo una persona es abandonada por sus allegados al volverse incapaz de valerse por sí misma, causando una vorágine de sentimientos encontrados que si son reprimidos y no son tomados en serio, despiertan sensaciones de culpa y rechazo que nos carcomen inmisericordes hasta tomar control de nuestras vidas.

Tomar el concepto de diablo como literal sería un error aquí, el demonio está para mostrar cómo huimos de quienes nos necesitan ante la adversidad, para que luego ese escape termine cobrando factura como menos lo esperamos. E incluso si permanecemos a lado del afectado y creemos que nunca hacemos suficiente por éste, también tendremos un demonio que nos dañará sin dudarlo.

El tema es muy complejo y hay que considerar que una película de este rubro no es un tratado sobre el caos interno que se vive en esta situación, pero sí un fragmento que nos da un importante mensaje sobre cómo nos deterioramos si no atendemos nuestra salud mental. La historia transcurre en una escasa semana e hiperboliza los eventos para tratar de mostrarnos lo que en realidad se vive a través de meses o años

La película va sobre una granja donde la madre, ansiosa y harta del cuidado de su convaleciente esposo, recibe la visita de sus hijos Louise y Michael, pero más que para prestar ayuda, será para ser engullidos por un vórtice de eventos sobrenaturales que acechan la casa.

El ritmo es lento y a pesar de que hay el clásico susto repentino, no se exagera en su empleo. Hay quienes reclaman que los espectros son pasivos y no atacan, pero este ángulo es porque los fantasmas están ahí para mostrarnos lo que enfrentaremos si permanecemos hasta el último momento, y quien toma la decisión ante esta adversidad es uno mismo, uno mismo es quien decide escapar en vano de los demonios.

Possessor (2020) - El parásito y nuestra bestia interna

Possessor destaca desde el inicio por su cuidada estética y la violencia extrema, que a pesar de ser explícita, son pocas las veces que se regodea en ella y opta por usar la edición y un abrumador audio para incomodarnos.

La trama gira en torno a Tasya Vos, una asesina que mediante tecnología se apodera de los cuerpos de personas para cometer crímenes. La posesión reprime a la personalidad huésped, permitiendo a Tasya asumir el mando mental y físico. Sin embargo, una creciente inestabilidad mental la descarrilará y la llevará a un forcejeo interno por mantenerse íntegra en el cuerpo invadido.

Brandon Cronenberg, hijo del reconocido David Cronenberg, entrega una obra donde la parte visual es crucial para entender la película. Los diálogos no son lo único que conduce la orquesta, y si uno se duerme y confía sólo en las palabras, ignorando muecas de los actores y omisiones verbales, es posible que al terminar quede un sabor amargo a confusión e insatisfacción. Pero si se está atento a todo lo que ocurre, se toparán con una historia que aunque no revolucione con los temas que toca, sí lo hace con la envoltura que usa para presentarlos, convirtiéndose en un viaje psicodélico, psicológico y agresivo que no provocará indiferencias.

Possessor nos muestra cómo llegamos a mentirnos para reprimir nuestros impulsos más oscuros, esperando a que un agente externo llegue a parasitar nuestra realidad para usarlo de pretexto, para enmascarar y liberar a esa bestia enjaulada cuya existencia nos cuesta aceptar, pero que siempre estará ahí, paciente, alimentándose con voracidad en los rincones más profundos y oscuros.

 

Diary of the dead (2007) - La verdad vicaria

Una de las películas de George Romero menos apreciadas, pero que encierra un mensaje vigente para esta sociedad donde existe una obsesión por grabar y fotografiar todo cuanto ocurre, tratando de fundir el pasado con el ahora y crear un presente perpetuo, o como si nuestra erosionada palabra ya no bastara para relatar hechos ocurridos y las pruebas virtuales se alzaran como la verdad absoluta.

Como en todas sus películas sobre zombis, éstos son una herramienta para desarrollar diferentes cuestiones sobre el ser humano. En la noche de los muertos vivientes (1968) era la vigencia de la tradición, en el amanecer de los muertos vivientes (1978), el consumismo como forma de vida, y en el día de los muertos vivientes (1985), la decadencia de las instituciones que se supone nos protegen ante las desgracias. Aquí cuestiona cómo percibimos la realidad al estar rodeados por tecnología, algo que Neil Postman desarrolla en sus ensayos de Tecnopolis y Divertirse hasta morir.

A diferencia de las películas previas, Romero deja en claro la metáfora de los zombis, una representación de la otredad. Sella esta analogía a través de una frase en la película que describe el conflicto en estas historias, "nosotros contra nosotros, nosotros contra ellos, ellos son nosotros". Aderezado esto con la idea de cómo en una guerra con tantos blancos por matar, los rostros dejan de existir, convierte el apocalipsis del no-muerto en un panorama desolador.

A manera de documental, Romero mete interludios que hablan del exceso de información que existe creando un ruido que nos abruma, y cómo cada persona cree poseer la verdad por contar con un medio para grabarla, ideas que coinciden con las que Byung Chul Han escribe en su ensayo En el enjambre.

Esta crítica sobre el uso de los teléfonos y la manía para grabar las desgracias del otro en vez de hacer algo al respecto para prevenirlas o atacarlas, permea por todas partes, hasta llegar un punto donde la pedrada es lanzada directamente al espectador, que igual que los que graban, presencian los eventos protegidos detrás de una cortina que los hace inmunes a la catástrofe. El mensaje para mostrar esa obsesión por tener todo registrado en video y no intervenir en lo que ocurre queda "justificado" con "si no pasa en cámara, no pasó", una actitud vicaria para afrontar la cruda realidad.

La historia adolece en el conflicto entre personajes y el carácter de éstos, pues no se equiparan a los de sus primeras obras, pero juzgar la película por esta flaqueza sería injusto. Al igual que sería inadecuado tacharla de anticuada por apostar por los zombis lentos, que a diferencia de los rápidos que convierten a la otredad en una amenaza depredadora, aquí nosotros, los vivos, cargamos parte de la culpa por desafiar su parsimonia y creer que mantendremos nuestra identidad indemne al caminar entre sus interminables filas.

 

Relic (2020) - El miedo a la tercera edad

Sin recurrir al susto fácil, Relic trata un tema importante, ¿qué sucederá con nuestros padres cuando se conviertan en adultos mayores y sean incapaces de valerse por sí mismo? Este conflicto abruma a algunos hijos, quienes buscan en varios lados una respuesta sobre cómo abordar esta etapa, pagarle a alguien para que se ocupe de ellos o tomar la responsabilidad para cuidarlos.

La película se desarrolla, en su mayoría, con solo tres personajes, representado tres generaciones, la abuela, la hija y la nieta. La diferencia de edades de cada una marcará la diferencia en su modo de reaccionar ante lo que ocurra.

Relic empieza con Edna  (la abuela) que vive sola y de repente desaparece. Alertada Kay (la hija) del problema, acude con Sam (la nieta) a buscarla. Poco después de encontrarla descubren que lo desconocido rodea el lapso de tiempo perdido y la conducta errática de Edna, y que la respuesta a lo inexplicable es más simple, pero más desconcertante de lo que desean.

Lo que ha causado que cierto sector vea este filme como aburrido no es solo la velocidad, sino también que forma parte de las películas de terror que se mueven en el terreno dramático, donde el factor miedo se integra en la reflexión posterior más que en las imágenes vistas. Los seguidores casuales del género siguen embotados con la idea de que terror es solo la reacción fisiológica, el "jump scare" tan formulaico y conocido, cuando en realidad esto es solo una fracción del todo y una mera herramienta para transmitir el auténtico mensaje detrás de una historia.

Natalie Erika James empieza con el pie derecho en la industria y ofrece una obra que surca una situación común en el ser humano, cuando nuestra realidad poco a poco se desdobla sin que nos demos cuenta, cuando sólo aquéllos cercanos a nosotros distinguen la diferencia de estas fronteras desdibujadas, y cuando nos corresponde aprender a confiar en el otro.