Vampire in the garden (2022) - ¿Mundos irreconciliables?

Estudio WIT, el responsable detrás de Attack on Titan (primeras temporadas), Ranking of kings, Dororo, Vinland saga, y la más reciente Spy X Family, muestra en Netflix una serie de apenas 5 episodios que nos presenta un mundo postapocalíptico donde vampiros y humanos están en constante conflicto, buscando erradicar al otro de la Tierra.

Fine y Momo son dos chicas que pertenecen a sus respectivos mundos, siendo Fine la heredera de la jerarquía vampírica y Momo, la hija de una comandante que quiere imponerle su visión bélica del mundo a como dé lugar. A pesar de ser diferentes, ambas reconocen que el bando donde habitan está incompleto, generándoles inconformidad y un vacío, observando que lo único que consigue la guerra es separar toda esperanza de conciliar un mundo donde vampiros y humanos coexistan en paz.

Los vampiros avasallaron en el pasado y se reprodujeron con rapidez, propiciando que los humanos se refugien en una ciudad que defienden mediante artilugios lumínicos y armas de fuego, mientras los vampiros viven en las afueras y atacan con sus habilidades sobrehumanas. La serie muestra igual otras situaciones, como las ciudades hermanas donde ambas facciones se vampirizan entre sí, manteniendo una frágil paz que se sostiene solo por el interés y donde cualquier altercado desata el caos. La otra opción que muestran es un pueblo donde la armonía es más aparente y conviven sin problema, pero como toda utopía, esconde algo.

En el mundo que se retrata en Vampire in the garden, algo se hace evidente con el paso de los años, la comunidad vampírica se asocia a la opulencia y lo estético, convirtiendo al arte en una abominación que es rechaza con todo por los humanos, quienes se convierten en el opuesto, la viva imagen de la ciencia, lo utilitario y la austeridad. Tanto Momo como Fine son representantes de estas posturas que no aceptan un punto medio, son abanderadas de una esperanza que ya todos perdieron y que lucharan hasta lo imposible por demostrar el compromiso con sus creencias cuando las dos se embarquen juntas en un viaje para huir de la guerra y encontrar su sitio.

Fine vivió un evento en el pasado con una humana que provoca que su estirpe haga cuanto esté en sus manos por separarla de Momo, a quien su madre y tío, movidos por el pasado y su odio a los vampiros, harán lo equivalente por alejarla de Fine. Cegados por la costumbre beligerante que ya les es inherente, las perseguirán hasta confines lejanos, incapaces de aceptar que ellas pueden ser portavoces de otra era.

Ciencia y arte han sido, para mucha gente, posturas opuestas incapaces de convivir en un individuo, quien deberá decantarse por una o por la otra para relacionarse con el mundo; Momo y Fine, buscan conciliar estos dos mundos, demostrar que es posible que humanos y vampiros encuentren un punto medio, pero demostrar esto es lo mismo que pasamos en nuestro día a día cuando divergimos del status quo, hay que luchar con uñas y dientes contra las opiniones del resto y no desfallecer ante nuestra meta.

Vampire in the garden cuenta con una animación impecable, pasa por drama, fantasía y acción para entregar una serie bien contenida que no necesita alargarse más para demostrar su planteamiento y enseñarnos que para alcanzar el destino deseado, habrá que mantenerse firme contra la marea y aceptar el apoyo de quienes crean en nuestros ideales.

13 sentinels aegis rim (2020) - Ambición bien orquestada

13 sentinels aegis rim se desprende del estigma que persigue a la gran mayoría de narraciones ambiciosas, las cuales empiezan a menudo con una premisa interesante que engancha y causa que se consuman sin parar, esperando las revelaciones que den coherencia al trepidante inicio, solo para decepcionarse conforme más se avanza, notando que el escritor no estuvo a la altura de lo que pretendía lograr, desinflando la historia conforme se aproxima al final. El otro mal camino que toman los autores es oscurecer la obra y llenarla de simbolismos, parchando los defectos narrativos con una pretensión innecesaria que aleja a la gente.

13 sentinels recurre a una técnica narrativa que puede no ser del agrado de muchos en un principio. La historia se desarrolla desde 13 perspectivas diferentes, con muchos personajes secundarios, ocurriendo en diferentes momentos y separadas por tiempos variables (es decir, no necesariamente una escena sigue de inmediato a la otra cuando conoces los eventos de un personaje), a esto se le agrega que no puedes ver toda la historia de alguien de principio a fin, pues hay partes que se desbloquean hasta que cumplir ciertas condiciones. El resultado de esta fórmula es una cantidad abrumadora de información que en las primeras horas perderá a más de uno entre los diferentes nombres, locaciones y temas que se abordan. Lo sorprendente es que con todo ese alud de datos, funciona, y si en sus primeras horas consigue conectar con el jugador dentro de este caos, lo capturará hasta el final.

Esta forma entrecortada de narrar cobra sentido ante una repetición constante de ciertos términos, que conforme se avanza, se afianzan en nuestra memoria y nos permite construir el panorama general de lo que ocurre, aparte de obligarnos a estar atentos a los diálogos para no perder las revelaciones. Y aunque es un hecho que perderemos detalles en el camino, esto no entorpece la facilidad con la que el juego va introduciendo cambios cruciales que dejan boquiabierto, mínimo, una vez cada dos horas (tarda 30 aproximadamente en completarse), porque no solo subvierten las expectativas, las hacen más grandes con cada giro de guión, mostrando un atrevimiento que pocos tienen el privilegio de decir que estuvieron a la altura de salir bien librados.

El inicio es bastante simple y hasta trivial, adolescentes que suben a robots gigantes (mechas) para enfrentar a monstruos (kaijus) que amenazan la integridad de la ciudad, siendo ellos los únicos que pueden pilotar las armas antropomórficas. A partir de allá se ramifica sin parar por temas tan diversos que exploran quiénes somos, qué nos define como personas, cómo nos afecta la tecnología, qué haríamos por comprender la verdad del mundo, la compasión por el diferente, las circunstancias adversas que nos llevan a ser enemigos, la esperanza por salir adelante sin importar las desgracias, el ingenio humano por sobrevivir, la falta de ética para conseguir los objetivos, la obsesión por recuperar lo que perdimos y, cómo la unión con todo y nuestras diferencias puede marcar el cambio en el mundo, por mencionar solo algunos de los muchos tópicos que se exploran a través de una ciencia ficción que homenajea al anime y las películas ochenteras del género.

El sistema de batalla con el que se  mezcla la narrativa al estilo novela visual parece poco atractivo al verse en video, donde se aprecia nada más líneas, símbolos y números, pero las dudas se disipan cuando se toma control de éste y ya existe una conexión previa con los pilotos que van a la batalla, olvidando la simpleza de la interfaz e interesándose en el conflicto que sucede. Como dato complementario, todas las batallas ocurren después de la narrativa principal (con excepción del final, claro)

Es cierto que al final quedarán detalles por confirmar (para lo cual el juego ofrece una enciclopedia muy completa y una línea temporal donde todo está ordenado cronológicamente), pero eso no resta crédito al satisfactorio final con el que se cierra, que se vuelve más relevante cuando se descubre una escena extra que aparece sin aviso previo en la cronología, dándonos más para pensar sobre la obra. 13 sentinels aegis rim tiene una estética propia de los veteranos de Vanillaware que hará las delicias de sus seguidores. Este juego es una epopeya inolvidable que merece más atención por parte del público, y que por desgracia, su proeza narrativa fue opacada el año que salió por el controversial The last of us II. Ahora que fue reeditado en switch, es momento de aprovechar y conocer una historia como pocas que se han hecho para las consolas.

Devilman crybaby (2018) - El diablo puede llorar

Devilman crybaby explora la naturaleza maligna del ser humano mediante una mezcla que puede alejar a quien no esté acostumbrado a animaciones extremas, pues en la primera mitad abundan los desnudos, el sexo, la violencia, y el gore hasta un punto que en ocasiones roza lo ridículo. A partir del capítulo 6 los temas maduran, yendo hacia un derrotero reflexivo donde los excesos se integran a la historia y transmiten el aura malévola que rodea a los protagonistas.

Los protagonistas son, Akira Fudo, un joven muy emocional que llora cada que alguien sufre, y su contraparte es Ryo, un amigo de la infancia que es frío y racional ante todo lo que vive. La serie inicia con ellos como niños, discutiendo en torno a un gatito que está muy enfermo y morirá inevitablemente, Akira se empeña en cuidarlo, llorando a su lado, mientras Ryo insiste en matarlo para ahorrar el sufrimiento; esta escena será de relevancia para sus personalidades y el desarrollo que tendrán ambos hasta el final, formando un círculo con la trama. De ahí, la historia avanza hasta su adolescencia, donde Ryo se reencuentra con Akira después de una larga ausencia y lo engatusa para que el demonio Amon posea su cuerpo. La aparente debilidad emocional de Akira en realidad es una fortaleza humana que le permite a su corazón dominar a Amon, convirtiéndose en un Devilman, un humano que controla al ente demoniaco y que lo usará para pelear contra otros demonios. Mientras Akira atraviesa por diferentes episodios que lo harán llorar de compasión por sus semejantes y descubrir sus límites, Ryo fraguará un plan para destapar la existencia de los demonios en el mundo, lo que traerá un caos que escalará hasta proporciones inimaginables.

Las reflexiones que Devilman crybaby lanza sobre la maldad humana son duras, mostrando las acciones de, humanos poseídos por el demonio que ceden a sus impulsos, los que dominan al lado perverso y lo integran a su vida como Akira, y finalmente quienes lo reprimen y no se atreven a actuar solos, pero que al formarse una turba resentida e iracunda, se unirán a ella para mostrar que el ser humano no necesita tener la apariencia de un diablo para dañar a otros.

Los trazos de los personajes se alejan del estilo del anime (algo propio del director Masaaki Yuasa), creando una atmósfera única que con sus dibujos desproporcionados, ángulos elegidos y la música, acentúa más los extremismos que caracterizan a la serie, viéndose más grotesco, lo que hará las delicias de los admiradores del body horror, pero provocará el disgusto del espectador convencional.

Devilman Crybaby es una adaptación de Devilman, un manga de 1972 del legendario Go Nagai (autor también de Mazinger Z y Cutie Honey por nombrar un par), que tuvo otra anime, OVAs, películas, y es una referencia e inspiración para obras importantes de la industria como Berserk y Evangelion. En esta adaptación de Netflix, se han hecho muchos cambios respecto al original, pero ha conseguido algo que las versiones anteriores carecieron, la esencia, la cual se percibe en especial cuando se llega al final de los 10 episodios y se recapitula sobre lo visto, entendiendo cómo la libertad creativa que se le permitió a Yuasa, creó una versión difícil de digerir para el público en general, pero que encaja con el duro trasfondo que presenta sobre nosotros.

Si se tolera las imágenes repulsivas, se encontrará con una obra que cuestiona varios puntos de nuestra sociedad, como la dificultad que existe para aceptar a quienes no encajan en la norma, la manipulación de los medios para demonizarlos, deshumanizarlos y rechazarlos, convirtiéndonos en un mundo que se deja llevar por las mentiras, revelando la falta de criterio para discernir y cuestionar, hambrientos de explicaciones, aunque éstas sean falsas, cayendo presa de una espiral demoniaca que nos vuelve animales agresivos e insensibles que desconocen la compasión, unos demonios, unos que olvidan que el diablo también puede llorar.