Desde que el racionalismo se hizo patente en el siglo XVIII fue más evidente la interminable batalla en contra de la fantasía. En este ciclo la humanidad enarbola el materialismo como única manera de procesar la realidad, oprimiendo los simbolismos que rodean a lo inverosímil, tildándolos de escapismo, niñerías, pérdidas de tiempo y tonterías que no existen. El género fantástico queda moribundo, disuelto en otros géneros, ignorado por muchos. Pasan los años y esta práctica excesiva de realidad afecta la visión de ésta, causando diversas crisis... Y entonces cual fénix, la fantasía se levanta para mostrar su importancia en nuestra vida.
Esto se ha repetido hasta el día de hoy, donde el realismo ha cambiado su estrategia para oprimirla, fragmentándola en piezas que no pueden encajar, convirtiéndose en una herramienta de propaganda. El resultado son relatos repletos de ideologías, donde las empresas parecen preocuparse más por "quedar bien parados ante la sociedad" que por otorgar algo que trascienda, que hable de nuestra naturaleza como personas a través de simbolismos y arquetipos.
Y aquí entra Undertale, un juego que se le ha analizado hasta el cansancio. Se ha descompuesto cada subtrama de su mundo y folclor, leyendo sus entresijos para exprimir al máximo las intenciones que el autor plasmó. Pero más allá de su historia llena de personajes entrañables y la magia de su universo, está envuelto por un discurso que aterriza sin problemas en la época en que fue concebido, una donde la realidad ya atentaba de nuevo contra la fantasía.
El juego inicia cuando el personaje cae al subsuelo, lo cual es un simbolismo común para el sótano, una parte de nosotros que está reprimida, que no queremos que esté al nivel del suelo que es lo que se percibe de nosotros. Si a esto sumamos que el protagonista es un niño, que se asocia más con lo fantástico, tenemos un punto de entrada donde se abandona la realidad y se explora un mundo mágico reprimido.
Esto se acentúa con la siguiente cita del juego, "Hace mucho dos razas gobernaban el mundo, humanos y monstruos, un día se desató una guerra entre las dos razas, los humanos salieron victoriosos, los monstruos fueron expulsados de la superficie y exiliados al subsuelo, siendo encerrados por una barrera mágica que crearon los humanos.....". La fantasía reprimida y rechazada por el hombre para dar lugar al materialismo.
El juego cuenta con tres rutas, o tres formas de terminarlo, cada una continúa la lectura del realismo oprimiendo a la fantasía
Ruta neutral - El jugador mata a algunos monstruos y a otros no, ésto es un paso por el mundo fantástico donde al final se regresa a la realidad, pero existe la opción de revisitar el mundo para cambiar cosas y alcanzar el resultado de la ruta pacifista.
Ruta pacifista - El jugador no mata a nadie y soluciona todos los problemas mediante diferentes actividades como platicar, abrazar, dar espacio, ignorar y hacer chistes, esto es el niño aceptando la existencia de la fantasía y que ésta coexista con la realidad, enriqueciéndola, no sustituyéndola.
Ruta genocida - Acá el jugador aniquila a todo monstruo que encuentre, el niño negando toda fantasía para abrazar el materialismo como único medio de procesar la realidad.
La ruta pacifista solo puede ser alcanzada después de terminar el juego una vez, como si reafirmara que para reconciliarse con la fantasía, hay que pasar una vez por ella, experimentarla, vivir la magia que propone, para eventualmente regresar e integrarla a la vida diaria. Si se acaba genocida por otro lado, aunque el jugador intente hacer alguna de las otras dos rutas después, el juego siempre recordará las muertes previas, demostrando que el reconciliamiento con el mundo fantástico será más difícil de alcanzar después de un rechazo absoluto.
Otra curiosidad es que después de haber completado la pacifista, el juego da a entender que regresar ya no tiene chiste, pues el objetivo se ha cumplido... A menos que quiera uno olvidar todo y borrar las memorias de los personajes, para atravesar desde cero la odisea, esto se puede interpretar como cuando algunos "maduran" y se olvidan de la fantasía o la consideran innecesaria, pero si se dan la oportunidad de regresar a ella, descubrirán una nueva perspectiva, un motivo para revisitar esos mundo increíbles.