Star wars ha sido divisiva en varios aspectos. En la trilogía más reciente la falta de liderazgo de Disney para coordinar a sus directores, y la propaganda, causaron una historia problemática e incoherente por partes. En las hechas durante el plazo 99-05, abordar una trama más compleja escindió a los seguidores. Sin embargo, fueron las originales las que hasta hoy, han dado lugar a dos bandos que no llegan a un acuerdo cuando se habla de la saga, quienes las admiran, y aquéllos que ven a la franquicia como aburrida o exagerada, que sólo consiste en "rayos láser y espadas". No es para menos, si sumamos que la fantasía tiene esta imagen popular de ser un mero medio para entretener y que nada aporta a la vida.
Y es que Star wars está repleta de malas interpretaciones, una de la más escuchada es llamarla ciencia ficción porque se desarrolla en el espacio, lo cual no es así, ya que no hiperboliza aspectos sociales y no usa a la tecnología de su mundo para lanzar una crítica de hacia dónde vamos. En realidad es fantasía, una visión diferente de nuestra realidad, un western espacial (lo que puede ser apreciado en su totalidad en la película de Han Solo) donde los caballos y carruajes son sustituidos por criaturas y naves, donde el páramo desértico pasa a ser el infinito espacio, y los revólveres son pistolas láser, por nombrar los más obvios.
George Lucas combinó esta visión western con influencia de las películas de Akira Kurosawa (La fortaleza escondida siendo el referente más nombrado), motivo por el que las peleas con sables láser son pausadas en la primera trilogía, a diferencia de las posteriores. A esto le añadió el camino del héroe que Joseph Campbell plasmó tras sus investigaciones y que es la base para la gran parte de las historias que conocemos hoy en día, el llamado a la aventura, el rechazo a ésta, el umbral, los aliados, la gran prueba, la caída y resurrección, el regreso a casa, etcétera.
Siguiendo el camino del héroe, tenemos que el Jedi y el Sith no son más que una representación de nuestras vidas, siendo el Jedi quien pelea contra las tentaciones, batallando contra el lado oscuro, manteniendo nuestra sombra bajo control y sin permitir que nos domine, en tanto los Sith ceden a sus pasiones para acceder a un gran poder poder, tal como ocurre con la gente en la vida real. Incluso los colores emblemáticos de los sables láser contribuyen a este simbolismo, siendo el azul asociado a la paz y tranquilidad, y el rojo a lo arrojado y pasional. Todo esto se cierra con la fuerza, esa energía que depende de quien la use es cómo se manifiesta, igual que las herramientas y palabras que utilizamos día a día, depende de quien las controle es si harán daño o ayudarán.
Todo eso recayó en Luke Skywalker, que para varios ejemplifica el camino del héroe de Campbell a la perfección. Lucas después llevaría esta senda por el lado oscuro, al narrarnos la historia de Anakin Skywalker y su posterior caída hacia Darth Vader. De ahí, los comics se encargaron de ampliar más la historia hasta límites que nunca se imaginaron, hasta que Disney llegó y los desacreditó para imponer su versión que salvo excepciones, dista mucho de estar a la altura de lo antiguo. Es aquí cuando entra Jedi: Fallen order, el juego del 2019 que recupera la idiosincracia de la saga y entrega un camino del héroe con el que nos identificamos, donde entendemos ese forcejeo continuo entre ceder al lado oscuro o controlarlo, librando combates contra nuestros demonios internos, ésos que afectan nuestro uso de la fuerza en la vida. De este modo, la historia se vuelve un homenaje al viejo Star wars, y no esconde la influencia de Luke Skywalker para construir a su personaje principal.
Cal Kestis es un Jedi escondido, es bueno para las reparaciones y puede hablar con los droides. El imperio está cazando a los últimos de su clase, y cuando es descubierto, debe dejar de fingir y aceptar quién es para sobrevivir. No obstante, abrirse de este modo conlleva lidiar con conflictos no resueltos, traumas y culpas que son obstáculos para ser un caballero Jedi y dar lo mejor de sí, iniciando un largo viaje no solo para buscar restaurar la orden caída, sino también para conocerse a sí mismo, aprender de sus errores y a confiar en los demás. La segunda hermana, que es la villana principal, es un rival formidable que funciona como la imagen de lo que Cal sería si cediera a sus impulsos, aparte de cuestionar y poner a prueba su determinación.
Jedi: Fallen order es un juego que muestra parte de la esencia Star wars, y que bien pudo ser el pilar para un guion de la tan criticada última trilogía de Disney. Si bien no es rimbombante en tanto a las especies de seres, planetas y batallas, la historia tiene un corazón que podrá conquistar hasta a quienes no sean admiradores de la saga, aparte de un sistema de juego que, aunque tiene pequeñas deficiencias, no afectan a la experiencia que permite a uno sentirse como un Jedi.
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