Cuando la ilustración llegó a imponer la razón como medio de comprender el mundo, relegando a las religiones y encajándolas en el terreno sobrenatural, inició un cambio que, hasta el día de hoy, no ha encontrado cimientos firmes para ayudar al ser humano a transitar por el mundo en una inalcanzable utopía gobernada por la lógica absoluta. Esta escisión fragmentó la cosmovisión y propició que se busque sustitutos en diferentes rincones. Así al día de hoy tenemos que la gente, en vez de escuchar a un pastor o sacerdote, se refugian en un influencer o coach para dictarles cómo llevar su vida; en vez de seguir mandamientos se reclama al estado por leyes (hasta puntos exagerados) que regulen nuestra convivencia; en vez de rezar, se repiten mantras para ser positivo y feliz todo el tiempo, aunque por dentro uno se esté despedazando; en vez de pedir por el alma, se deposita la confianza en que la ciencia conseguirá copiar nuestro cerebro en la red para darnos una vida eterna digital... Y así se podría seguir, buscando equivalentes entre el modo de ver el mundo antes y ahora, estudiando cómo el humano busca cubrir estos cambios con diferentes opciones.
No es de extrañar que ante esta fragmentación, si llega una "convincente" cosmovisión que facilite cómo vivir, aunque sea en torno al miedo y la humillación pública, se salte desesperado hacia ella como si fuera la respuesta a todo, sin cuestionar lo que yace tras sus estamentos. Acá es donde Hellbound demuestra lo que ocurriría hoy en día, explorando diferentes matices de esta necesidad de creer en algo que trasciende el mundo materialista, aunque hacerlo implique someterse al castigo.
La serie tiene una narración magistral a lo largo de seis episodios, donde no se desvía hacia historias secundarias y se centra en el drama central y el conflicto, tomándose incluso el lujo de hacer dos arcos argumentales donde pocos personajes repiten, pero todo girando siempre en torno a la idea principal, los humanos recibiendo advertencias por parte de una entidad incorpórea que los condena a ir al infierno a una hora y día determinado, para que en el instante vaticinado, independientemente del lugar, aparezcan tres armatostes oscuros para dar un violento fin a la persona y extraer su alma hacia otro plano.
La cantidad de temas que se tocan para los escasos episodios es igual impresionante, pues no se sienten incompletos, de relleno o que están ahí para impresionar, hacen una sinergia apropiada entre todos para explorar el comportamiento del ser humano ante un evento de esta magnitud, explorando nuestro comportamiento hasta sus recovecos más oscuros. Entre los puntos a reflexionar están, la posición que tenemos frente a Dios, la necesidad de tener un significado ante la muerte, la superioridad moral que lleva a los individualistas a imponer su visión por la fuerza sin pensar en el otro, la tiranía que se alcanza cuando se posee la supuesta verdad y ésta se tuerce con tal de mantener el poder, el placer de ver "la justicia" aplicada aunque no conozcamos al infortunado y lo que lo orilló a ello, el uso del morbo y acusaciones infundadas para ganar relevancia en los medios aunque esto condene a desconocidos, lo fácil que es intimidar y mover a las masas que buscan respuestas simplificadas ante lo absurdo del mundo actual, la urgencia de darle significado a lo inexplicable sin importar el nivel de megalomanía y las consecuencias que tenga en la sociedad con tal de que uno se "sienta satisfecho".
Pero no todo es hipocresía y usar al pecado como moneda de cambio para juzgar nuestro lugar entre la sociedad, también hay sitio para demostrar cómo en las penumbras, el amor y la esperanza son capaces de hacer frente a lo desconocido y darnos una luz en instantes en que tenemos todo en contra.
Si bien, a pesar de buena la recepción que ha tenido, Hellbound no tiene planes, al menos en el instante de publicar esto, de elaborar una segunda temporada. Sin embargo, el creador Yeon Sang-ho (quien dirigió la laureada películas de zombis, Train to Busan o Estación Zombi) ha afirmado que sabe cómo continuar la historia, y en lo que se confirma la filmación de más capítulos televisivos, él piensa seguir en el formato webtoon (acá se puede encontrar, Hellbound)
Basada en el cortometraje del 2006, The Hell (Two Kinds of Life), contando con escenas fuertes, que no recurren al gore para impresionar, Hellbound es una historia que se encuentra en Netflix y dejará un buen sabor de boca a quienes deseen una narrativa que se sumerja en la fantasía, el terror y la reflexión de quiénes somos en esta época donde estamos conectados y disponemos de información por doquier, pero como sociedad estamos más aislados e ignorantes que nunca ante este mundo implacable.
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