El modo en que los niños procesan el mundo, un modo más simbólico que digiere la realidad mediante signos, es algo que colisiona en varias ocasiones con la perspectiva más racional del adulto y provoca que se les malinterprete, motivo por el que se les suele tildar de muy fantasiosos e incapaces de ver lo que los mayores sí. Esta división genera una barrera donde el niño piensa que el adulto no le va a entender y cierra ciertas áreas de su mundo.
Los inocentes (The innocents o De uskyldige) es una película noruega que aborda esta división usando la metáfora de los superpoderes. Y no, este filme no es la conveniente película de superhéroes donde los jóvenes pelean contra maleantes mientras descubren cómo usar sus habilidades. Acá los niños enfrentan algo más personal. ¿Cómo utilizar aquello que apenas comprenden? Aquello que ni siquiera un adulto emplearía bien al topárselo por accidente y sin estar preparados, como ellos.
Ida, Anna (que es autista), Ben y Aisha, son cuatro niños introvertidos que viven en un complejo departamental que, durante las vacaciones de verano, empiezan a experimentar con habilidades en apariencia inocentes, como mover objetos y hablar mediante la mente. Ida y Anna son hermanas, Ida siente celos hacia la atención que recibe Anna por su autismo, que a la vez es incapaz de expresar lo que siente por más maldades que Ida le haga. Aisha tiene vitiligo y su mamá trabaja mucho para mantenerla, pues su papá está ausente. Ben, que tampoco tiene a su padre, vive con su madre descuidada, tiene problemas de autoestima, y su compás moral está desorientado, ya que no escatima en lastimar a quienes lo cuestionan. Dentro del grupo, Ida parece no tener poderes y se limita a ver cómo Anna supera su autismo al enlazarse con Aisha, en tanto Ben no para de mejorar sus habilidades para utilizarlas de manera egoísta.
La película resulta incómoda en varias partes porque retrata lo que haría un niño si se viera en esa posición. No se preocupa por darnos una infancia edulcorada, sino que explora los conflictos que sienten los cuatro protagonistas al estar atrapados en un mundo que el adulto, por su racionalidad, no creería por más que se los explicasen.
Alejada por mucho del género de superhéroes y sin preocuparse por mostrar escenas impactantes, Los inocentes
sostiene su lenta narrativa con sus personajes, con los cuales uno se
puede identificar al verlos reír, jugar y sufrir. El terror en la
historia proviene de esta identificación, de entender que la oscuridad
está en cada uno de nosotros, y de que las circunstancias pueden
orillarnos hacia lo que no deseamos.
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