Un de las características más representativas de la posmodernidad ha sido poner a la realidad como una narrativa más, de tal manera que la ficción ahora puede interactuar con ella sin conflicto alguno. En Character no hay esa mezcla donde la línea se difumina y no se sabe qué es qué, pero ficción y realidad cruzan caminos de modo que se vuelven dependientes para entender el mensaje detrás de esta película, la cual ha causado decepción para muchos durante sus últimos minutos porque no hay un discurso donde se cierre la trama explícitamente, y sí hay diálogos enigmáticos que, junto a elementos visuales, ponen las migajas para encontrar el camino hacia la respuesta y lo que se pretende contar.
Character sigue a Yamashiro Keigo, un asistente de mangaka que quiere independizarse y tener su propia serialización; tiene un estilo de dibujo definido como excelso por muchas personas, pero carece de un elemento importante para el género que quiere tratar, el terror, y es que es incapaz de crear un villano que atrape, creando tramas que se sienten vacías. Durante un encargo de su jefe mangaka, Yamashiro termina entrando a la casa de una familia de 4 integrantes, solo para descubrir que fueron asesinados brutalmente. El impacto, la violencia de la muerte, la sangre, el pavor, y una vista rápida del asesino (que ocultará a la policía), le inspirará para adaptar esta terrible experiencia y dibujar el manga que lo hará despegar y volverse adinerado en cuestión de meses. El problema, es que después de contar con lujo de detalle lo que vivió, Yamashiro continuará la historia inventando nuevas muertes, que el asesino real replicará al matar a otra familia de 4, generando una complicada relación entre la realidad y la ficción que pondrá de cabeza a los investigadores.
A lo largo del filme, la película va soltando frases inocentes en primera instancia, pero que cuando se alcanza el final, éstas juegan un papel importante para ir más allá de un resultado que parece incompleto y no aclara detalles que el público suele esperar en filmes donde se investiga qué impulsa al criminal a hacer lo que hace; al ahondar en estas frases, Character revela un juego más complicado sobre nuestros impulsos, el pasado, y cómo esto repercute en nuestro comportamiento. Otro factor que ha sido criticado es que el villano se siente caricaturizado, pero esto tiene más sentido si observamos que el criminal se identifica y obsesiona con el manga para imitarlo en la realidad.
No obstante, hay cosas de la película que no se pueden defender. Hay escenas donde la lógica se tira por la borda para realzar el dramatismo, y aquí no se habla de las víctimas que enfrentan al asesino (un error común, pues viendo la película a través de un velo protector como lo es la pantalla, cree que en estos momentos extremos uno razona con frialdad, cuando lo normal es que se apague toda la razón para dar lugar al pánico), sino de momentos donde la fuerza policial deja qué desear con sus decisiones.
Aunque la trama de Character, de un asesinato que proviene o se inspira de la ficción, se ha abordado por diversos ángulos, aquí se desarrolla de manera que el misterio que perdura después del final, poniendo sobre la mesa una constante que toda persona experimenta en alguna ocasión al ser un ente social, ¿quiénes somos y qué impulsos son los que controla nuestra razón? ¿Estamos conscientes de ellos? ¿Dominarán cuando las circunstancias seas las propicias o podremos mantenerlos a raya?
Trailer más completo, pero con subtítulos en inglés
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